Hace unas semanas, una de nuestras clientes nos compartió su cuestionamiento actual: “En su opinión, ¿cuál es el nuevo equilibrio de las Organizaciones?”. Cuando se le pidió que interviniera sobre este tema, compartió esta pregunta al auditorio para confrontar sus representaciones. Buen reflejo y pregunta curiosa… pero muy estimulante! Mencionar los nuevos equilibrios en medio de un período de desequilibrio (turbulencia, bifurcación, cambio de paradigma… Cf. nuestra primera escala) nos pareció al principio muy incongruente. Al pensarlo con más detenimiento, este problema refleja una creencia que nos parece generalizada: “Bueno, el período no es fácil con la revolución digital, la inteligencia artificial y sus robots que están al caer, una ira social que ruge y se adorna de amarillo (en referencia a los chalecos amarillos en Francia), nuestro planeta que se vuelve rojo vivo… pero bueno, una vez que pase la tormenta, iniciaremos de nuevo un período de estabilidad…. tranquilitos como antes…”. Todo el mundo sospecha que no será exactamente como era antes, pero todos abren su paraguas hasta que el sol regrese para muchos años… y muchos líderes a unos pocos pasos de la jubilación siguen pensando en voz baja “Después de mí, el diluvio universal…” sin soltar el poder.
Bueno, no critiquemos a los optimistas o a los que niegan esta realidad ya que defendemos la imposibilidad de predecir con certeza…. aceptemos pues que no sabemos… ¡así que tal vez tengan razón! Sin embargo, nosotros planteamos el supuesto de que este nuevo equilibrio podría ser el desequilibrio…. Para apoyar esta visión, sería muy útil leer las Crónicas anteriores (www.spindle.team), pero como no queremos imponerles deberes en este período de libertad regenerativa, he aquí algunos argumentos para comprender nuestro punto de vista.
Volvamos a mirar: desde hace tiempo, observamos (con cifras que lo respaldan) una aceleración de las innovaciones tecnológicas que ahora ofrecen, con frenesí, muchos productos y servicios que están superando las visiones más vanguardistas que nos proponían las obras de ciencia ficción de nuestra juventud. Impulsados por esta carrera frenética (¡cuidado con la velocidad!), nuestros entornos económicos, ecológicos, e incluso sociales y políticos se aceleran a su vez. Una espiral viciosa o virtuosa, cada uno tendrá su propia opinión sobre el tema.
En cuanto a las Organizaciones, ya sean públicas o privadas, el impacto es enorme. Como el verano es propicio para los deportes al aire libre y la hora es la del maillot amarillo, nos atrevemos a hacer una analogía: obligados a moverse a toda velocidad en sus bicicletas, deben llevar consigo todos sus componentes equipándose a la par de potentes motores eléctricos…. ¡sin poder detenerse! Porque ya no es posible poner un pie en el suelo para mejorar su equipo o desarrollar habilidades. Haciendo frente a vientos de cara, experimentando de manera regular algunas tormentas, sus líderes avanzan en desequilibrio, lamentando frecuentemente haber optado por las Escuelas de Negocios o Ingeniería en lugar de los cursos de funambulismo.
Aceptar que el nuevo equilibrio del ahora reside en el desequilibrio ya es el primer paso…. Porque para avanzar constantemente y adaptarse cada día, es necesario atravesar los momentos de desequilibrio… actualizar continuamente sus propias representaciones y convicciones, innovar en las propias prácticas, transformar los modos de interacción con los clientes, proveedores, colegas, convivir con el riesgo de caerse, levantarse, triunfar….
Vencer sin peligros es triunfar sin gloria… ¡Hagamos de los desafíos de hoy nuestro orgullo de mañana!